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lunes, abril 01, 2013

La economia mixta en Nicaragua

 La estabilidad de la economía mixta en Nicaragua
 Fred van Katwijk
 Trabajo presentado en el congreso anual de la Asociación Europea para la Investigación de Centroamérica y el Caribe, Marburg, 25-27 de septiembre de 1986.
   Resumen
 Evaluación de la viabilidad de los objetivos económicos de la revolución sandinista. El autor trata de responder a las siguientes preguntas: ¿Es posible la planificación estatal en una economía mixta como la de Nicaragua? ¿Puede ser la economía mixta un sistema estable? Aparentemente el modelo de economía mixta nicaraguense es estable, pero cabe preguntarse si no existen tendencias desestabilizadoras dentro de él. La evaluación se hace a partir de cinco factores determinantes de una economía mixta: la ideología de los dirigentes, la política de acumulación y los instrumentos estatales para captar el excedente, la política de precios, la conducta de los productores privados y su disposición a producir e invertir, y las influencias externas. 

 Introducción 

 Con el triunfo del FSLN en 1979 empezó la reactivación de la economía. El objetivo de la política económica a largo plazo era el cambio estructural dirigido a la disminución de la desigualdad económica y social, y de la dependencia externa (Miplan 1980 y 1981). Estos objetivos se pretendían buscar dentro de un sistema económico "mixto." Lo mixto de la economía se expresa en dos características: la coexistencia de diferentes tipos de propiedad, la propiedad estatal y las cooperativas, y la propiedad privada, los grandes y pequeños productores; y la coexistencia de diferentes mecanismos de coordinación de las actividades económicas, la planificación estatal y el mercado.

 Después del triunfo se nacionalizaron todas las posesiones de los Somoza y de sus allegados. Con ello más de una cuarta parte de la capacidad económica del Producto Interno Bruto (PIB) pasó a manos del Estado, sin provocar conflictos dentro del sector privado. Además, se nacionalizaron los bancos y el comercio exterior, y las empresas extranjeras que tenían en su poder las minas. El comercio interior quedó en gran parte en manos privadas.

 La mayor parte (el 60 por ciento) de la producción nacional quedó entonces en manos del sector privado. El gobierno intentó influenciar de manera determinante la economía controlando la banca y el comercio exterior. También intervino en la economía estableciendo los precios y los salarios, y subiendo los impuestos. El objetivo de estas medidas era reestructurar la economía sin ejercer un control completo sobre los medios de producción, pero sí controlando el excedente (Wheelock 1981). El sector estatal debía ser el "eje de los procesos de reactivación y transición" (Mi plan 1980,47).

La planificación consciente y el uso de varios instrumentos de la política económica debían resultar en el control estatal sobre las inversiones. De este modo se de¬terminaría la dirección de la futura economía. Este trabajo pretende evaluar la viabilidad de estas ideas. ¿Es posible tal grado de planificación estatal en una economía mixta? ¿Puede la economía mixta ser un sistema estable? Estable se define aquí muy literalmente. La cuestión es si la economía mixta, tal como ha sido definida arriba, puede seguir existiendo como tal. A primera vista la economía mixta de Nicaragua es bastante estable. Después de 7 años de revolución todavía más del 50 por ciento de la producción está en manos privadas, y el mercado sigue jugando un papel importante. Pero cabe preguntarse si, pese ello, no existen tendencias desestabilizadoras. El sistema económico mixto de Nicaragua es muy parecido al sistema de la "Nueva política económica" de la Unión Soviética de 1921 a 1928. La 'Nueva política económica no era estable: terminó en un sistema planificación central y en la colectivizacion de la agricultura. Otras economías mixtas tampoco han sido estables: siguieron el  ejemplo de la Unión Soviética; o fueron derrotadas por el capitalismo, tal como sucedio en Chile en 1973.

De una investigación de 'Nueva política económica" y de las experiencias de otras economías mixtas he deducido algunos factores determinantes la estabilidad en una economía mixta. En primer lugar, es determinante ideología de los líderes y las razones por cuales optan por el sistema de eco no mixta (si se trata de una política a corto largo plazo). Este factor jugó un papel terminante en el abandono de la "Nueva . política económica." Los críticos desde la derecha del gobierno sandinista sostienen  que este elemento, o mejor dicho, la supues "indefinición del modelo," es la causa de la inestabilidad del sistema (COSEP por ejemplo y también Banco Mundial, 1982).

 En segundo lugar, es importante considerar la política de acumulación y los instrumentos. con que el Estado capta los excedentes sector privado. Según la teoría estable el alto grado de acumulación estatal desee en la Unión Soviética causó el fin de la "Nueva política económica" (ver Harrison 1980; Nove, 1969). La política económica no dejó 'suficiente espacio para las necesidades de consumo y acumulación del sector privado De 1984 en adelante muchos autores, incluso miembros del gobierno, han considerado alto grado de acumulación estatal durante los primeros años de la revolución nicaraguense como un factor desestabilizante, especialmente por su impacto negativo en el equilibrio macroeconómico.

 En tercer lugar, hay que considerar la política de precios. Según Nove, la mala política de precios en sí misma pudo haber destruido la "Nueva política económica," prescindiendo incluso de otras complicaciones que puedan haber surgido (No ve, 1969, 159). Merl concluye en su estudio extensivo sobre la "Nueva política económica" que hubiera sido posible utilizar el instrumento de la política de precios para aumentar el fondo estatal de acumulación. La condición necesaria hubiera sido equilibrar la oferta y la demanda. En realidad, la falta de equilibrio en la oferta y la demanda durante la "Nueva política económica" puso fin a las relaciones de mercado, y por lo tanto, a la economía mixta (Merl 1981). Igualmente, la inestabilidad macro¬económica jugó un papel importante en la caída del gobierno de Allende en Chile (Griffith-Jones 1981).

 En la situación de Nicaragua, el impacto de la política de precios en el mantenimiento de la economía mixta no parece llamar mucho la atención. Algunos hablan de' falta de "coherencia" en las políticas estatales (Coraggio 1985, 17) o de falta de "coordinación" política (FitzGerald 1985, 8), pero con ello parece que se están refiriendo más a la ejecución de la política de precios. En cuarto lugar tenemos la conducta de los productores privados y su disposición a producir e invertir. Según algunos, la falta de voluntad de producir de los llamados kulakos fue una razón importante para la colectivización (los kulakos fueron los grandes productores agrarios, pero sobre su supuesta riqueza y sobre su número sólo se hicieron estimaciones).

 La conducta de los pequeños} medianos productores privados en una economía mixta depende, probablemente, sobre todo de factores económicos. Si se les otorgan suficientes incentivos para producir, producen. Sin embargo.- la conducta de los gran¬des productores es menos predecible. Es posible que aun cuando se les garantice un nivel mínimo de acumulación a estos grandes productores privados, carezcan de voluntad política para cooperar en la producción. En el caso de Nicaragua, varios autores han señalado esta posibilidad. Coraggio (1984), por ejemplo, sostiene que es improbable que la burguesía acepte la pérdida de su poder político. Baumeister, Vilas y Weeks afirman que los estímulos para los productores privados sólo han representado pérdidas para el Estado porque no los han utilizado productivamente (Baumeister 1985 y Vilas 1985, escribiendo desde la perspectiva del sector agrario; Weeks 1985, desde la perspectiva de la industria).

 Por último tenemos los factores externos. La amenaza externa condujo a privilegiar más el objetivo de la industrialización y al abandono de la "Nueva política económica." Es claro que en el caso de Nicaragua tanto la conducta hostil de Estados Unidos como las posibilidades de recibir apoyo de los países socialistas y de algunos países capitalistas, tienen un impacto importante en la posibilidad de mantener la economía mixta. FitzGerald (1985b) es quien más énfasis pone en el impacto de la guerra en el funcionamiento de la economía mixta nicaraguense. Este trabajo pretende evaluar la influencia de estos cinco factores en la estabilidad de la economía mixta de Nicaragua. El creciente impacto de la guerra en la economía nicaraguense complica la tarea, pues resulta más difícil la evaluación de los demás factores independientemente del conflicto militar. En los últimos años la economía nicaraguense se ha ido convirtiendo en "una economía de guerra." Ya no predomina el objetivo de realizar un proceso de acumulación estatal para desarrollar la economía, sino el sobrevivir. Sin embargo, la problemática no ha cambiado ya que todavía se persigue ese objetivo dentro de una economía mixta. La cuestión fundamental sigue siendo si una economía mixta puede ser estable.

La respuesta a esta cuestión la analizamos en dos partes. En la primera, de 1979 a 1983, se responde de forma global; y en la segunda, de 1984 en adelante, en condiciones de guerra. La situación de una economía de guerra tiene consecuencias importantes en el análisis de los factores segundo y tercero. En las siguientes páginas, después de analizar el primer factor, describimos el desarrollo de la economía mixta durante los años 1979 a 1986: las relaciones de propiedad y el uso de los instrumentos de la política económica. De esta manera será posible evaluar la posición actual y futura de la propiedad privada en la producción. Esta posición también depende de las opiniones y de las expectativas de los grandes productores privados (el cuarto factor). Después evaluamos los impactos de los factores segundo y tercero.

 Para ello describimos el modelo de acumulación y distribución del ingreso aplicado en Nicaragua, en el cual la política de precios juega un papel importante. Al analizar los resultados de esta política se consideran también los efectos de la guerra. Al final hacemos algunas observaciones sobre el impacto de los factores externos. Una economía mixta Para el futuro de la economía mixta es importante quiénes tienen el poder en el país y cuál es el sistema económico por el que optan.

En el caso de Nicaragua uno puede preguntarse si los dirigentes políticos consideran la economía mixta como un concepto táctico, como una etapa transitoria en el camino hacia la economía planificada o como un sistema que permite seguir hasta alcanzar unos objetivos a largo plazo. En la práctica es difícil responder a esta pregunta. Por ahora sólo se pueden señalar algunos indicadores' relevantes. El FSLN es quien ha determinado política después de su triunfo en 1979. Gracias, al amplio apoyo que consiguió duran guerra de liberación, el FSLN pudo en el período de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional. En las eleccion noviembre de 1984, Daniel Ortega, uno de los nueve comandantes, fue elegido presidente del país. La ideología sandinista del FSLN tiene dos características dominantes.

 En primer lugar, el FSLN se ve como "vanguardia” de los obreros y campesinos. Según el sandinismo, los dos grupos tienen el poder (Borge 1981). Sin embargo, el FSLN optó una economía mixta, lo cual implicó enfantizar "la unidad nacionaL" Es decir, el FSLN dio un papel importante en la reactivación economía no solamente a los obreros y campesinos, sino también a los empresarios (Carrión 1981). Las razones para establecer una economi mixta eran varias. Factores prácticos dieron hacer más nacionalizaciones.

Con la confiscación de las posesiones de los Somoza el gobierno tuvo que pasar a administrar muchas empresas agrícolas, industriales y de ser vicios. La tarea ya era bastante difícil de por sí. Más nacionalizaciones la hubieran .hecho casi imposible. Teóricamente, a imitación de Bettelheim, el gobierno nicaragíiense piensa que una socialización completa de los medios de producción sólo es posible cuando la división del trabajo se haya profundizado mucho mas. En una economía subdesarrollada muchos bienes' y servicios se producen en unidades pequeñas con una división del trabajo limitada. En consecuencia, una socialización efectiva de estas unidades es imposible (Bettelheim 1975). Este argumento, por supuesto sólo es válido para no confiscar la producción y no vale para los grandes productores. En tercer lugar, había razones políticas domésticas y externas.

El nuevo gobierno se había apoyado en una coalición amplia en la cual estaban todos los grupos de la oposición antisomocista. Si bien el FSLN fue determinante en la lucha militar, para reconstruir el Estado y la economía se requería de la participación de todos los sectores sociales. Más nacionalizaciones hubieran alienado a amplios sectores de la burguesía y de la clase media, y probablemente hubieran conducido a un caos político y económico. Además, el mantenimiento de una economía mixta era importante para conseguir la ayuda de la mayor parte de países posibles y de todos los organismos internacionales. Por último está el factor geopolítico. Nicaragua se encuentra en el istmo centroamericano y forma parte del Mercado Común Centroamericano. Las relaciones comerciales con los países vecinos no permitían un sistema económico muy diverso al de ellos.

 La posición geográfica tan próxima a Estados Unidos hacía más difícil una desviación grande del sistema capitalista. Una economía mixta, moderada, ya de por sí resulta inaceptable para Estados Unidos y provoca su hostilidad. Hasta. ahora el mantenimiento de un sistema mixto ha contribuido a mantener la ayuda de otros países capitalistas de Europa occidental y de América Latina, y probablemente ha evitado una intervención directa de Estados Unidos. La mayoría de los argumentos utilizados para justificar la economía mixta son cortoplacistas. El argumento práctico sólo tiene validez temporal. Cuando las fuerzas de producción se encuentren más desarrolladas y el FSLN cuente con más cuadros calificados, la economía mixta, desde esta perspectiva, ya no será necesaria.

 El factor de política interna tampoco tiene validez definitiva, pues cuando el FSLN haya consolidado su poder interno, el modelo económico mixto será inútil también. El argumento del subdesarrollo, tomado de Bettelheim, sólo es aplicable a -la producción en pequeña escala. Según la opinión de Bettelheim, se trata de un argumento de corto plazo porque si la economía está más desarrollada es posible reunir la producción en unidades grandes. Entonces, al final resulta que sólo el argumento geopolítico tiene carácter largoplazista. Una alternativa para el actual equilibrio de sobrevivencia, basado en el mantenimiento de la economía mixta y del pluralismo político, sólo puede imaginarse si los soviéticos apoyan a Nicaragua incondicionalmente. Hasta ahora, la Unión Soviética no parece dispuesta a apoyar a Nicaragua de la misma manera como apoya a Cuba. No es el distinto carácter de la revolución sandinista lo que impide un mayor apoyo soviético, sino su posición geográfica (Diplomático soviético en Nicaragua, según NACLA 1985).

 Por eso no es sorprendente que el gobierno nicaraguense considere al sistema de economía mixta como definitivo. Tomás Borge, por ejemplo, en una entrevista dada a Pensamiento propio, dijo: "este factor (geopolítico) nos ha obligado, independientemente de nuestra voluntad, al desarrollo del pluralismo político y de la economía mixta. El desarrollo de esta táctica se ha ido convirtiendo en estrategia ... " (Borge 1985, 8). Podemos concluir, pues que los sandinistas están obligados a mantener un sistema de economía mixta, pese a cualquier otra alternativa que quisieran a largo plazo. La economía mixta en la práctica Desde 1979 hasta 1986, el Estado poco a poco fue fortaleciendo su influencia en la economía, tanto por el crecimiento relativo de la propiedad estatal productiva como por el mayor impacto de diferentes instrumentos de política económica. La propiedad estatal productiva creció como resultado de nuevas inversiones y expropiaciones.

 Después de la expropiación de las posesiones de los Somoza, no se hicieron más nacionalizaciones. Pero los dueños de algunas empresas comenzaron a descapitalizarlas, quedando así sujetas a ser nacionalizadas a partir de 1980. En la industria ocurrieron algunas nacionalizaciones por este motivo en los primeros años de la revolución; pero a partir de 1982 las relaciones de propiedad en el sector industrial han sido bastante estables.

 Las relaciones de producción en la agricultura son más dinámicas. En 1981 se proclamó la ley de reforma agraria, según la cual los dueños de grandes propiedades (más de 500 manzanas en el Pacífico y más de 1000 manzanas en el resto del país) que no las utilizaran productivamente podían ser confiscados. En 1981 y 1982 las confiscaciones fueron pocas: el sector estatal se expandió de un 20 a un 23 por ciento del área total. Solamente el 1 por ciento de la tierra confiscada fue entregada a campesinos individuales (IHCA, Envío51).


La creciente presión de la contrarevolución en el campo condujo a una ampliación de la redistribución de la tierra en los siguientes años. Más cooperativas y algunos campesinos individuales recibieron tierras a costa de los grandes propietarios privados y de las propiedades estatales (Cuadro 1).



 En enero de 1986 se proclamó una nueva ley de reforma agraria según la cual se expropiarían las propiedades de los campesinos medianos si no las utilizaban productivamente. Asimismo, por primera vez, se justificó la expropiación en base al "interés social." Para recibir tierra no era indispensable, como lo era antes, el formar una cooperativa de producción. La nueva ley garantizaba el derecho del campesino a marl su tierra en producción. Hasta ahora la reforma agraria nicaraguense no ha sido muy radical. A final, 1985, la mayor parte de la tierra cultivables estaba en manos del sector privado (Cuadro 1). El sector de los grandes productores habia disminuido, sobre todo por la nacionalizacion de las posesiones de los Somoza. El sector de los campesinos medianos se ha mantenido estable, pero los pequeños campesinos han disminuido al formar voluntariamente cooperativas de créditos y servicios.

 La reforma agraria sandinista, a diferencia de reformas agrarias, no ha limitado el tamaño maximo de las propiedades privadas. Todavía se aceptan los grandes propietarios, siempre y cuando produzcan. Sin embargo, la ley de 1986 introdujo un elemento de inseguridad para los grandes y medianos propietarios privados al incluir el criterio del "interés social" Por lo tanto, en la agricultura las relaciones de propiedad seguirán cambiando con toda seguridad. Aparte de la propiedad de los medios de producción, el gobierno tiene instrumentos para influir en la producción indirectamente. Sus instrumentos más importantes son la política de divisas y la de créditos. El banco central recibe todas las divisas generadas por las exportaciones. Los productores reciben un precio establecido a base de los costos promedios de la producción más un margen garantizado de utilidades, todo ello pagado en córdobas.

El margen de ganancia se determina independientemente de los precios del mercado mundial: el sistema de los "precios de garantía." La banca nacionalizada da financiamiento a todos los productores, estatales y privados. Las divisas y los créditos se otorgan en base a la estrategia de desarrollo nacional (Miplan 1980 y 1981). Esta política está dirigida a la expansión de la producción agraria, tanto para la exportación, de modo que se puedan importar bienes de capital, así como para el consumo interno. A mediano plazo se persigue un desarrollo agro-industrial. El resto de la industria manufacturera es estimulado en la medida en que produce bienes de consumo básico, para la defensa y bienes intermedios para otros sectores con alta prioridad (la agricultura y la construcción, por ejemplo).

 Por lo general no se aceptan importaciones de bienes producidos en el país. La política de divisas tiene un impacto considerable en la producción porque, en su mayor parte, toda la producción material necesita de divisas para importar materia prima e insumos. En la industria manufacturera éste es el instrumento más importante para influir en la producción. El impacto de la política de créditos es menor porque muchas empresas disponen de suficiente liquidez (Dijkstra 1985). En nuestra investigación hemos encontrado también que en la asignación de las divisas para importaciones de materia prima, el Estado no da tratamiento preferencial a las empresas estatales. Sin embargo, la política de inversiones es distinta. Las empresas estatales son las que más han podido importar maquinaria y equipo. La política de créditos es más importante para el sector agropecuario que para el industrial manufacturero, ya que la primera requiere una "inversión" anual. El control estatal de la producción agraria también se realiza a través de la distribución de insumos (fertilizantes e insecticidas). Parece que a las empresas comerciales del Estado a veces les dan un tratamiento preferencial. En conclusión, la propiedad privada en la industria está bastante garantizada, mientras que en el sector agrícola predomina más la inseguridad, por lo menos para los productores grandes y medianos. Asimismo en el úso de los instrumentos de política económica se hace diferencia entre el sector agrícola y el industrial. La estrategia de desarrollo está basada más en la agricultura, dando alguna preferencia al sector estatal a costa del sector privado.

En la industria no hay diferencias entre ambos sectores. En cuanto a las inversiones, la prioridad la tiene el sector estatal. Opiniones de los productores privados grandes Antes hemos asumido que la disposición a producir de los productores medianos y pequeños depende de las condiciones económicas. En los grandes productores, los factores políticos tienen un papel importante. Como la economía mixta de Nicaragua en buena parte aún está en manos de grandes productores privados, es importante conocer su disposición política a producir e invertir. El carácter histórico de la burguesía agraria es diferente del de la burguesía manufacturera. La industria manufacturera, incluyendo a las empresas transnacionales, siempre ha dependido de la intervención estatal: incentivos (exoneraciones) fiscales, subsidios en las importaciones de materia prima, insumos y bienes de capital, y altos impuestos a las importaciones de productos industriales. Las inversiones, además, siempre han dependido en gran parte del financiamiento de los bancos (Marín 1971). Antes de 1979 este sector dependió del Estado somocista, después de esa fecha ha estado dependiendo del Estado sandinista.

 Los grandes productores agrícolas producen bienes de exportación (café, algodón, ganado y azúcar), y arroz para el consumo interno. Durante las décadas de los 50 y 60 los precios de los productos de exportación fueron muy favorables. Pero no fueron tanto los productores quienes se aprovecharon de estos precios, sino quienes dominaban el financiamiento, la elaboración y la comercialización de los productos. Concretamente quienes se aprovecharon de estos precios favorables fueron los Somoza, algunos grandes productores y algunas empresas extranjeras (por ejemplo, bancos). Por lo tanto, para la mayoría de los productores la situación no ha cambiado mucho después de 1979 (Vilas 1984,119). Algunos empresarios agrícolas, sin embargo, poseían su propia instalación para la elaboración de los productos de exportación, comercializaban el producto y tenían intereses en los bancos.

Estos productores también se caracterizaban por su multilateralidad: producían a la vez café, algodón y ganado. En una palabra, eran los latifundistas tradicionales, quienes, junto con los Somoza, tenían el poder político. Es claro, entonces, que la burguésia agropecuaria tenía más que perder que la manufacturera con la revolución sandinista. En los primeros años de revolución fue claro que no todos los empresarios privados quisieron seguir produciendo en las nuevas condiciones. Muchos grandes producto algodón no sembraron. Otros empresarios agrícolas e industriales "descapitalizaron” sus respectivas empresas de varias maneras sobrefacturando las importaciones, no reponiendo el equipo obsoleto o llevándo se directamente las divisas al extranjero. Sin embargo, después de 1981, en el sector industrial casi no se dieron confiscaciones ni hubo descapitalización.

 En el sector agricola la situación ha sido distinta, pues todavia se producen confiscaciones de grandes p ropiedades. Según el gobierno, las confiscaciones se han producido sólo en los casos de descapitalización; según los productores, entre las propiedades confiscadas hay algunas trabajadas eficientemente. El Consejo Superior de la Empresa vada (COSEP) y la jerarquía eclesiástica Son los opositores más fuertes al gobierno sandinista. Ambos critican la política economica, alegando la falta de "clima" para invertir y producir. Sin embargo, cabe preguntarse si esta posición es general entre los grandes productores privados. O dicho en otros términos, ¿representa el COSEP a todo el sector privado? El COSEP no representa a todo el sector privado y mucho menos a todo el sector industrial.

Las opiniones y expectativas de los empresarios privados fueron un tema central en una serie de entrevistas que hicimos,entre noviembre de 1984 y mayo de 1985, a 18 directores de grandes empresas privada industriales (con más de 30 trabajadores). Los productores privados en la industria manufacturera se quejaban, pero no estaban dispuestos a salir de Nicaragua. Solamente dos empresarios dijeron que se irían si al cabo de un año no mejoraba la situación. DE las empresas extranjeras, sólo una dijo que su casa matriz había perdido completamente el interés en la sucursal de Nicaragua. Las demás empresas privadas, nacionales y extranjeras, querían quedarse. Todas ellas estaban produciendo y tenían planes de inversión. Esta actitud de la mayoría de los empresarios industriales es extraña dado el extenso control estatal en la producción industrial. De las respuestas a las diferentes preguntas podemos deducir algunos factores que influyen en esa actitud. En primer lugar, la continuación de la producción no implica muchos riesgos.

 Pueden vender todo lo que producen y si lo necesitan, es fácil obtener financiamiento de los bancos. El tamaño pequeño del sector industrial permite al ministerio de industria controlar ampliamente la producción y mantener intensos contactos personales con los directores de las empresas, de modo que éstos se sienten contentos con el tratamiento que reciben por parte del Estado.  Además, a causa de la intervención estatal los salarios de los trabajadores son bajos; pero los de los gerentes están libres de control estatal y normalmente son muy altos. Casi todas las empresas de la industria manufacturera tienen utilidades (en córdobas). Si bien estas utilidades no son suficientes para reemplazar los bienes de capital dada la falta de divisas para adquirirlos, pueden ser consumidas por el dueño o por el director de la empresa.

 Parece que las empresas extranjeras en la industria manufacturera tienen algunos motivos adicionales para quedarse en Nicaragua. Para ellas no es tan importante la posibilidad de transferir utilidades en el corto plazo (oficialmente no está prohibido, pero el banco central no les autoriza divisas para tal fin), sino el que la empresa continúe: la continuación del nombre, de la tecnología y de la eficiencia propia en el país. Por otro lado, Nicaragua es un país pequeño que no tiene capacidad para contribuir en gran medida con las utilidades de una empresa extranjera. La política del gobierno, además, está orientada a mantener la paz con ellas. Por eso mismo el gobierno hace algunas excepciones en el control de los salarios en esas empresas y en especial en las empresas extranjeras. En la agricultura la situación es muy diferente. La investigación sobre las opiniones de estos empresarios agrícolas no fue tan amplia como la otra.

 Solamente entrevistamos a tres empresarios, pero los tres eran grandes productores tradicionales y, además habían perdido su poder político con la revolución. Los tres entrevistados poseían producción agrícola e instalaciones para su elaboración. Estos se quejaron mucho más que los productores industriales. Para ellos no había suficientes incentivos para producir. Solamente estaban recibiendo córdobas que "no valían nada." En la producción agroindustrial solamente uno de ellos tenía utilidades. Dos de ellos dijeron que únicamente producían para no ser confiscados.

 La reacción del gobierno a la falta de voluntad para producir ha sido el dar más estímulos. Desde 1985 les paga una parte de sus exportaciones en dólares. Probablemente estos pagos parciales en dólares animen a algunos de estos productores, pero no a aquellos que tienen razones políticas para no producir. Las perspectivas de que siga existiendo el sector privado y de que siga produciendo, dentro de este modelo de economía mixta, son bastante buenas dentro del sector industrial manufacturero. Los grandes productores privados están dispuestos a producir y a invertir. Las relaciones de propiedad en la agricultura son menos estables en este sentido. En el agro hay más grandes productores a quienes les falta la voluntad para producir. Entre estos se encuentra la burguesía tradicional que se opone políticamente al gobierno. No obstante todo ello, está por verse si en el sector industrial se podrán mantener estas relaciones de propiedad. La actitud positiva entre los productores privados en la industria . depende de que el Estado les otorgue mas divisas para invertir, o al menos para reponer la maquinaria.

El Estado dispone de suficientes instrumentos para seguir controlando la producción aún cuando el sector privado invierta más que en la actualidad. El modelo de acumulación y distribución del ingreso. Según los planes económicos de 1981, la "nueva economía" se caraceteriza por ser menos dependien te y por producir mas para satisfacer las necesidades básica de las "mayorías," mejorando así la distribución del ingreso. Para poder realizar este estructural era necesaria la acumulación. Dentro de la economía mixta el Estado debía ser el "eje de la acumulación” Al mismo tiempo, el sector privado recibiría estímulos para invertir y producir. El mantenimiento del sector privado en producción disminuye inevitablemente el fondo para la acumulación estatal. Así, por ejemplo, limita las posibilidades de subir los impuestos (Irvin 1983).

 El segundo objetivo de la política economica, mejorar la distribución del ingreso y satisfacer más las necesidades básicas de las mayorías populares, reduce más aún las posibilidades para la acumulación. Los aumentos de salarios y los gastos gubernamentales por ejemplo, en servicios sociales, afectan directamente el fondo estatal de la acumulación.

Poco a poco la política económica se ha dirigido hacia otro objetivo, el cual domina en la actualidad, sobrevivencia. Ahora es mucho menos importante poder contar con una acumulación estatal. Sin embargo, para poder sobrevivir el Estado necesita también de un fondo de acumulación, en esta caso para financiar la guerra. Entonces, la problemática no ha cambiado mucho,ya que aún se persigue el sobrevivir dentro de una economía mixta.

 Las presiones conflictivas (la acumulación estatal, los estímulos para el sector privado, los salarios y la mejora de las necesidades básicas) obligan a una política de estabilización de la demanda para que el Estado mantenga el control de los procesos de acumulación y de distribución del ingreso.

 En realidad, el gobierno nicaraguense parece aplicar, al menos durante el período de acumulación, el siguiente modelo de acumulación, distribución del ingreso y estabilización (FitzGerald 1982 y 1985a). El punto de partida es la suposición de que solamente las divisas constituyen el "excedente real" para financiar las inversiones. Los bienes de capital son el "factor limitante" para las inversiones; y como no se producen bienes de capital en Nicaragua, se requieren divisas para hacer las inversiones (dólares). A través del control -del comercio exterior, y recibiendo financia miento externo, el Estado dispone de este excedente real. De esta forma, el Estado ha obtenido la hegemonía sobre el proceso de acumulación en el país.

 El modelo de acumulación utilizado en Nicaragua no _ sólo pretende equilibrar la demanda total con la oferta total, sino también distinguir entre varias categorías de oferta.

sino tambien distinguir entre varias categorías de oferta. Así, la política económica está más basada en Kalecki que en Keynes (según FitzGerald, 1984). Se trata de influir también en la distribución del ingreso indirectamente. Se pretende ampliar la oferta de productos básicos a costa de la oferta de los productos no básicos. Los precios de éstos últimos son libres, otorgando así una "válvula de escape" al poder de compra de la clase media.

 Respecto a los salarios, el gobierno sandinista tiene tres principios básicos (Miplan 1980): restringir en lo posible los aumentos de los salarios nominales para evitar presiones inflacionarias; mantener el salario real controlando los precios de los productos básicos, y mantener y subir el "salario social" mejorando los servicios sociales como educación, salud y vivienda, compensando de esta forma una eventual caída del salario real.

 El éxito de este modelo de acumulación y de estabilización no está garantizado. Para mantener los precios de los productos básicos es necesario controlar y aumentar la oferta de los mismos. Sin embargo, estos productos son producidos y comercializados en su mayor parte por el sector privado. Esto obliga a dar altos precios de producción y, por eso mismo, a los subsidios. Los subsidios reducen el fondo estatal de acumulación, y, o ponen en peligro la estabilización. La política de elevar el salario social en lugar del salario nominal sólo reúbica la presión inflacionaria. Aunque se contengan los gastos por salarios, los gastos por servicios sociales se elevan (Medal 1985, 37).

 El modelo supone que el Estado controla la producción para la exportación. En realidad, en Nicaragua el sector privado produce la mayoría de los bienes de exportación. Por eso es necesario estimular la producción, garantizando las importaciones y los créditos a los productores privados, y además, dándoles “precios de garantía” en moneda local. Aparentemente el “excedente real” en manos del Estado no se encuentra afectado, pero la garantía de los precios en córdobas ocasiona costos altos en el banco central si los precios en el mercado mundial bajan, tal como ocurrió en realidad. El conjunto de los gastos del gobierno por servicios sociales y subsidios, y los gastos del banco central provenientes del sistema de “precios de garantía” pone en serio peligro la deseada estabilización.
  
Es dudosa, además, la suposición del modelo de que el "excedente real" sólo está constituido por las divisas. En primer lugar, las inversiones estatales no sólo necesitan dólares, también son necesarios los cordobas. Cada inversión incluye gastos locales, ya sea para materiales de construcción y, o para salarios. Por eso el Estado debe captar también una parte del excedente en moneda local, 10 cual es difícil dado los otros objetivos ya mencionados (estimular la producción privada, mejorar los servicios sociales, garantizar los precios bajos de los bienes de consumo básico). En este sentido, la acumulación estatal compite directamente con los demás objetivos, y tiene efectos negativos sobre la posibilidad de mantener la estabilización.

 Hay otro problema. En general, la política de estímulo a la producción, sea de exportación o de productos básicos, no sólo requiere de precios justos y del otorgamiento de créditos, sino también de la disponibilidad de materia prima, de bienes intermedios y de bienes de consumo. En la medida en que estos bienes sean importados, o bien que la producción de los mismos requiera de in sumos importados, la estimulación de la producción privada afecta directamente al "excedente real." Es decir, no es posible estimular la producción privada gastando unicamente córdobas.

En la práctica, para estimular, por ejemplo, la producción en el sector prioritario de la agricultura, es necesario estimular también la producción industrial, aunque ello cueste divisas.

 Los resultados 

En los primeros años de la revolucion, la política económica tuvo cierto éxito. La economía se recuperó algo de las consecuencias de la guerra (Cuadro 2). Las cifras positivas de crecimiento del PIB en 1980 1981 y 1983 eran comparativamente superiores a las de los demás países del región. En terminos reales per cápita, el PIB, en 1983, todavia estuvo por debajo del nivel del de 1978 En los primeros años y de un modo especial mejoro distribución del ingreso nacional. El poder de compra de las mayorías aumentó por el control de los precios de los productos y se expandieron los servicios sociales . En 1982, 1984 Y 1985 no se logró un crecimiento real del PIB. En los dos últimos años, por los efectos de la guerra.

 El crecimiento de la economía en los primeros años, sin embargo, estuvo acompañado de desequilibrios: la demanda se recuperó mejor que la producción. El presupuesto del gobierno mostró un déficit, al igual que la balanza de pagos. Una causa importante del déficit de la balanza de pagos fue el deterioro de los términos de intercambio para Nicaragua. Asimismo, bajó el volumen de las exportaciones.

 A partir de 1981 el problema causado por la falta de divisas ha ido creciendo. La deuda externa disminuyo. Estados Unidos impuso un boicot financiero que tuvo consecuencias negativas en los prestamos de organismos financieros internacionales. Como mucha producción depende de las importaciones, se hizo más dificil mantener el nivel de la producción.

A pesar de que el valor de las exportaciones frustró las esperanzas, el nivel de las inversiones fue bastante alto.A partir de 1981 se iniciaron varios proyectos estatales de inversión. Entre 1980 y 1984 la tasa promedio anual de acumulación fue del 17.3 por ciento. Después de 1984, la tasa de acumulación bajó un poco. En todos estos años, la mayor parte de las inversiones fueron inversiones estatales.

 En 1983 el impacto de la guerra en la economía comenzó a ser muy considerable. La destrucción de la producción y de la infraestructura productiva hizo disminuir la producción y llevó al gobierno a hacer grandes gastos en defensa, lo cual redujo las posibilidades para el desarrollo.

 No es sorprendente, pues, que la insuficiente recuperación de la producción, la alta tasa de inversión, la reducida ayuda externa y el creciente impacto de la guerra hayan desestabilizado más la economía. En los primeros años, amplios préstamos externos y la ayuda internacional permitieron completar la producción interna y financiar parte del déficit fiscal; posteriormente, la falta de equilibrio se presentó cada vez más como una “brecha interna”.

 La tasa de inflación comenzó a crecer. Al comienzo, entre 1978 y 1979, la inflación bajó del 80 hasta un promedio del 23 por ciento en 1980 y 1982; pero en 1984 subió hasta el 50 por ciento. En ese año la inflación todavía estuvo bastante "escondida." Los precios oficiales de muchas de las necesidades básicas se mantuvieron bajos. En realidad, casi no se encontraban productos con los precios oficiales. En cambio, sí se encontraban en el mercado negro con precios entre tres y diez veces más elevados.

 Para poder mantener esos precios bajos hubiera sido necesario expandir la oferta de tales bienes y contener la cantidad de dinero. Ninguna de las dos condiciones se dio.

 La cantidad de dinero subió gracias a la amplia política de créditos. Los productores que" recibieron créditos no siempre los utilizaron productivamente, así que no siempre fue posible restituirlos. Además, las tasas de interés reales siempre han sido negativas en términos reales. La cantidad de dinero también creció por causa del déficit fiscal, el cual a partir de 1981 fue financiado en su gran parte por préstamos del banco central. En especial a partir de 1983 el déficit fiscal creció por los gastos de la defensa. Sin embargo, los gastos ya eran elevados por la expansión de los servicios de salud y educación, y por los subsidios a los precios de los productos básicos.Los ingresos del gobierno también subieron, pero no lo suficiente.

. La oferta de productos básicos arrojó un déficit relativo porque la demanda creció. Los salarios no subieron mucho, pero el empleo creció y los ingresos en el campo mejoraron en general por los incrementos en los créditos. Por otro lado, la crisis de divisas fue una de las causas de la reducción de la oferta. No solamente impidió que las importaciones de bienes complementaran la creciente demanda, sino que también redujo la oferta absoluta.
La producción industrial, la cual provee de muchos bienes de consumo basico (fósforos, jabón, sal, etc.), sufrió por la falta de importación de materia prima.

Los subsidios de los precios de las necesidades básicas, como leche, maíz y frijol causaron una disminución de la producción. Los campesinos, e incluso algunas de 1as empresas estatales, prefirieron comprar los productos a los precios subsidiados que hacer el esfuerzo de producirlos. Otros prefiriera vender los productos a comerciantes privados que ofrecían precios más elevados. Esto implica ya que los subsidios, los precios al productor,' no eran suficientemente altos.

 Como resultado del descenso de la producción y el aumento de la cantidad de di nero, crecieron los mercados negro y paralelos. Este crecimiento hizo inefectivos los Subsidios estatales.En 1984 y 1985 se adoptaron. medidas para disminuirlos y luego abolirlos La abolición de los subsidios en febrero de 1985 formó parte de un paquete de medidas el cual incluyó también la reducción de las inversiones, la disminución de los demas gastos del gobierno (salvo para la defensa) y una devaluación del córdoba. Sin embargo estas medidas no pusieron fin al incremento de los precios. Al contrario, la inflación subio a más del 300 por ciento en 1985, y en 1985 probablemente superó el 500 por cient(Ann Economic Report). Los salarios fueron elevados varias veces, pero los salarios reales bajaron bastante (solamente en 1985, un 36 por ciento, Cuadro 2).

 El hecho de que fueran necesarias estas medidas muestra que las posibilidades de intervenir a través de los precios en una economía mixta son limitadas. El Estado no controla gran parte de la producción ni del comercio de los bienes de consumo basico. Para estimular la producción se necesitan los instrumentos del mercado; y para qué ellos es necesaria la estabilización de la demanda y la oferta.

 La experiencia de Nicaragua muestra que, antes del impacto de la guerra en el desarrollo de la economía, la necesaria estabilización de la economía fue muy difícil. La combinación de objetivos tales como el mantener los salarios reales, mejorar los servicios sociales, mantener los estímulos para el sector privado y elevar las inversiones estatales, hace imposible la estabilización macroeconómica. Sin embargo, tales objetivos pertenecen a la lógica de mantener una economía mixta hegemonizada por el Estado.

 Si a pesar de no conseguir la estabilización, el gobierno sigue interviniendo en los precios, el Estado pierde la hegemonía, es decir, pierde el control de los procesos de acumulación y distribución de los ingresos. La intervención en los precios reduce la producción y no mejora la distribución de los bienes básicos. El excedente de la economía se derrama hacia las manos de los comerciantes y de los especuladores. Si a pesar de ello, el Estado mantiene las inversiones, éstas sólo aumentan los. desequilibrios externos e internos. Esto es lo que ha pasado en Nicaragua a partir de 1983.

 En realidad, en Nicaragua, el objetivo de la acumulación ha sido sustituido por el de sobrevivir.
 Pero para defender el país, el Estado también necesita de una parte del excedente de la economía. En consecuencia, mientras continúe la guerra parece imposible estabilizar la demanda. Dada esta "brecha interna," al gobierno le quedan dos posibilidades: trabajar con y utilizar las leyes del mercado, o seguir interviniendo en los precios. La primera opción implica aceptar el aumento de los precios. Tiene la ventaja de ofrecer estímulos a la producción y poder mantener al sector privado en ella. Al mismo tiempo, es menos probable que pueda llegar a una distribución equitativa de los bienes indispensables.

 La otra posibilidad implica una política dirigida a controlar los precios e ir en contra de las leyes del mercado. En este caso la prioridad radica en proteger los salarios rea les. Esto no se puede lograr sin pagar costos muy altos, porque requiere de inversiones estatales muy grandes para controlar y organizar el comercio interno. Además, en este caso no se estimula la producción de los bienes comprometidos. La experiencia de la "Nueva política económica" muestra que esa política primero conduce a la estatización del comercio y luego a la de la producción de esos bienes. Es decir, una política como ésta pondría fin a la economía mixta.

 El gobierno nicaraguense aún parece indeciso. Por un lado, pretende utilizar las leyes del mercado para estimular la producción. La política de salarios persigue estimular la productividad del trabajo, estableciendo incrementos en los salarios para los trabajadores que superen los niveles normales.
En la práctica esta política no es viable por el bajo nivel de los salarios básicos. Los productores de agricultura de exportación han recibido nuevos estímulos para producir.
Como las relaciones de mercado en base a córdobas ya no funcionaban, fue necesario estimularlos entregándoles dólares. Recientemente también se liberó el comercio del maíz y frijol, producidos casi completamente por pequeños campesinos. El gobierno espera poder estimular su producción. Hasta ahora le ha sido imposible controlar completamente el comercio de estos bienes básicos.

 En los otros productos básicos, predomina la otra línea, la cual está dirigida a establecer una distribución justa de lo poco que hay. Se adoptaron medidas para controlar el comercio privado y p
ara mejorar el sistema de distribución. A pesar de los costos elevados no es seguro si se pueden lograr los objetivos propuestos. La reordenación de los mercados de Managua, por ejemplo, ya ha costado 68 millones de córdobas y sus resultados son muy cuestionables. El nuevo censo de la población para mejorar el racionamiento costó aún más, 200 millones, y tampoco se sabe si tuvo resultados (Barricada, 11 de abril de 1986). Aún el gobierno persiste en controlar el precio de 17 productos básicos y en aumentar el control de su comercialización. Intenta establecer el racionamiento de estos 17 productos en un futuro próximo (ANN Weekly Bulletin, 31 de julio de 1986).

 Es muy dudoso si podrá continuar con las dos líneas. La consecuencia de la intervención en los precios en el contexto del desequilibrio macroeconómico es el fin de las relaciones del mercado. Los precios bajos no estimulan a los productores privados; entonces, será necesario controlar más directamente la producción. La política de intervención en los precios conduce primero al control completo de la producción de los bienes comprometidos. Sin embargo, luego también conduce a la estabilización de la economía en general: el no funcionamiento del mercado causa que los estímulos en los precios y en los inefectivos, y para el Estado sólo producen pérdidas
Los factores externos

 Por último, la estabilidad de la economia mixta depende de factores externos Nicaragua es un país muy pequeño y por eso mismo es muy dependiente de las relaciones con otro paises. El gobierno nicaraguense pretendio mantener relaciones comerciales con muchos paises: Estados Unidos,paises capitalistas de Europa occidental,Canada,paises latinoamericanos y socialista.

 Sin embargo, la política de Estados Unidos ha impedido la realización de este comercial. A partir de 1981 la política norteamericana ha sido cada vez más hostil, el gobierno de Reagan impuso el boicot financiero a Nicaragua, ha utilizado su influencia para impedir préstamos de los organismo internacionales, y empezó a financiar a la contrarrevolución. En mayo de 1985 anunció el bloqueo comercial total a Nicaragua. Los costos estimandos de todas estas medidas de agresión son enormes: por lo menos 200 millones de dólares en préstamos no recibidos, más de 500 millones de dólares en pérdidas en la producción por las actividades contrarevoluccionarias, y por lo menos otros 50 millones de dólares(sólo en 1985) a causa del bloqueo(Cuadro 2). Por otro lado, la guerra ha obligado al gobierno, a gastar cada vez más en defensa.
En 1985, los gastos para la defensa representaron la mitad del presupuesto nacional.

 Pese al efecto negativo que ha tenido la actitud hostil de Estados Unidos, éste ha sido parcial por lo que toca a las relaciones de Nicaragua con otros países capitalistas. Las únicas compras que Nicaragua ha estado haciendo exclusivamente a la Unión Soviética y a sus aliados han sido las de armas. Por lo demás, ha mantenido relaciones comerciales y de ayuda con muchos países latinoamericanos y europeos (Cuadro-3).
Muchos de estos países siguen dispuestos a financiar las exportaciones nicaraguenses y a aceptar una reestructuración de la deuda externa de Nicaragua. A consecuencia del embargo comercial de Estados Unidos, el comercio nicaraguense con Europa occidental subió del 25 al 32 por ciento en 1985 (Barricada :nternacional, 28 de noviembre de 1985).

 La política hostil de Estados Unidos no sólo impacta directamente la estabilidad de la economía mixta a causa de las pérdidas ocasionadas por la guerra y las otras medidas, sino que también impacta los otros factores mencionados. Es claro que ello es uno de los objetivos de la política de Estados Unidos.

 En primer lugar, la guerra puede influir en las actitudes y en las intenciones de los sandinistas, reforzando más la confianza en la Unión Soviética que en los países capitalistas. En segundo lugar la guerra ha aumentado el desequilibrio, y la necesidad de abastecer al ejército ocasiona una dirección cada vez más centralizada de la economía.

En tercer lugar, la política de Reagan influye negativamente en la disposición de los grandes productores privados para producir. El apoyo externo a la contrarrevolución les da la esperanza de que el cambio político es posible. Finalmente, la crisis económica en la cual se encuentra el país hace que cada año se deteriore más la balanza de pagos. En 1986 se esperaba un déficit en la balanza de bienes de 700 millones de dólares (ANN Economic Bulletin). Si la guerra continúa, Nicaragua seguirá necesitando préstamos para financiar sus importaciones. Los países latinoamericanos por sus propias deudas ya no pueden ampliar sus préstamos anuales a Nicaragua.

Los países de Europa occidental tienen razones políticas para no ampliar más sus préstamos. En consecuencia, la sobrevivencia de Nicaragua depende cada año más de la ayuda de los países de Europa oriental. Probablemente con ello la influencia de la Unión Soviética en la política nicaragu
ense será mayor.

 Conclusiones 
 A primera vista, la economía mixta de Nicaragua, en la cual coexisten el sector privado y el estatal, y en la cual funciona el mercado junto con la planificación central, es bastante estable. El sector privado produce todavía más del 50 por ciento del PIB y el mercado aún juega un papel. Sin embargo, es importante investigar el impacto de los cinco factores que teóricamente pueden desestabilizar el sistema de economía mixta.

 La ideología de los dirigentes sandinistas no apunta hacia una centralización de la economía. El mantenimiento de una economía mixta se ha ido convirtiendo en algo estratégico. Sin embargo, es posible que la actitud de los sandinistas, por lo menos hacia los grandes productores, cambie a consecuencia de un cambio en los factores externos.

 La disposición de los grandes productores privados a seguir produciendo, el cuarto factor, es bastante grande en el sector industrial, al menos aparentemente. En la agricultura, la situación es distinta. Algunos grandes productores agrícolas han perdido el poder político que tenían antes. La posición futura de los grandes productores privados en el sector agrícola es menos segura.

 A partir de 1983 la estabilidad de la economía mixta ha sido amenazada seriamente por los factores externos, sobre todo por la guerra contrarrevolucionaria financiada por el gobierno de Reagan.La guerra ha afectado la posibilidad de mantener la economía mixta, perturbando de forma considerable al segundo y tercer factor. El segundo factor es importante no tanto por el alto grado de acumulación estatal, sino por los gastos necesarios para la defensa que han impedido mantener la estabilidad macroeconomica. El gobierno siguió interviniendo en los precios (tercer factor), y en consecuencia, perdio el control de la economía. La produccion bajo por falta de estímulos y el excedente paso a manos de los comerciantes y especuladores. La continuación de esta política de intervención en los precios ha llevado al control estatal del comercio y ha conducido, inevitablemente, al fin de las relaciones de mercado.

 Es difícil saber qué hubiera pasado sin la guerra.Sin embargo, por lo ocurrido en los años de 1979 a 1983,cuando no se pudo mantener la estabilidad macroeconómíca, se puede conjeturar que la estabilidad del modelo de economía mixta no era posible. El querer estimular la producción privada, elevar la acumulación estatal, proteger los salarios reales y aumentar los servicios sociales implicó, desde el comienzo, enormes presiones contrarias al equilibrio del modelo económico. La experiencia de los años 1980 y 1981 muestra que sólo con grandes cantidades de ayuda externa hubiera sido posible cumplir con aquellos objetivos propuestos.

 La crisis en la cual se encuentra la economía nicaraguense tiene, además, otra consecuencias contrarias a la estabilidad del modelo de economía mixta. El país está necesitando cada vez más préstamos externos. Si esos préstamos no llegan desde Ámerica Latina y Europa occidental, la sobrevivencia dependerá cada vez más de los paises socialistas, lo cual puede tener consecuencias para el sistema económico nicaragüense.

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